El Parlamento Europeo ha aprobado una directiva que contempla eliminar el uso de combustibles fósiles como el gas o el gasóleo para la calefacción en todos los edificios para 2035 o, si no es factible, para 2040.
El Parlamento Europeo acaba de aprobar cambios a la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios propuesta por la Comisión Europea, que considera la eliminación gradual de la calefacción de combustibles fósiles, que incluye calderas de gas o diesel. De hecho, a partir de 2024, los estados miembros no proporcionarán ningún incentivo económico para instalar calderas que funcionen con gas o petróleo. Además, estarán obligados a “indicar políticas y medidas nacionales para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles en calefacción y refrigeración en sus programas de rehabilitación de edificios”, tal y como se refleja en una directiva aprobada por el Parlamento Europeo. Sin embargo, una de las modificaciones de la Directiva abrió la puerta a la continuidad de las calderas. Dicho esto, el documento estipula que estos sistemas se pueden utilizar en edificios nuevos siempre que estén certificados para funcionar con fuentes de energía renovables como biocombustibles o hidrógeno. Como se afirma en el artículo, “es importante distinguir entre tecnologías y los combustibles que utilizan: hoy en día, las calderas del mercado ya pueden funcionar con energía 100% renovable, como el biometano y cantidades variables de hidrógeno”.
De esta forma, el documento aclara que “no tendrán la consideración de sistemas de calefacción de combustibles fósiles” los sistemas de calefacción híbridos, las calderas certificadas para funcionar con combustibles renovables y otras instalaciones técnicas en edificios que no utilicen exclusivamente combustibles fósiles. Cabe señalar que las revisiones de las Directivas de la UE aún deben ser negociadas por el Parlamento, la Comisión Europea y el Consejo.
El final de la caldera será la clave de la independencia energética. La Unión Europea compra a Rusia el 45% del gas que utiliza, y la guerra en Ucrania ha subrayado la necesidad de Europa de potenciar la eficiencia energética, así como la transición hacia fuentes de energía renovable más limpias y baratas. En particular, la prohibición de la UE de las calderas de combustibles fósiles permitirá a España alcanzar su objetivo de energía renovable del 45% para calefacción y refrigeración. Todo esto es gracias a la retirada de las calderas de combustibles fósiles del mercado.